Burbuja-Monstruo inflable hecha con los plásticos desechados durante el montaje de la Bienal de Diseño de Estambul 2012.
Generalmente una bienal (del tipo que sea) está llena de cosas bonitas: pinturas, esculturas, textos, instalaciones, grabados, etc. En este proyecto se trabajó con lo mas feo, aquello que nadie quiere, los restos del proceso de construcción que se ocultan tras estos macroeventos.
Porque una bienal está llena de cosas bonitas que llegan desde todos los países del mundo; pero estas cosas bonitas no llegan solas: vienen acompañadas por una buena cantidad de materiales de todo tipo (maderas, poliespán, cartones y plasticos, muchos, muchos, muchos, plásticos) que ocupan cada rincón, pared y suelo hasta escasas horas antes de la inauguración.
Como nadie parece fijarse en esta basura de diseño, multicultural y transdisciplinar, que habla tantos lenguajes como artistas invitados, decidimos ponerlas en el lugar que se merecen: uno de los espacios expositivos. Combatimos contra el eficiente equipo de limpieza para demostrar que estos residuos no son mas que objetos que estaban en un mal lugar en un momento equivocado.
La burbuja no fue diseñada, fue tomando forma a través de la acumulación de los restos disponibles que encontramos en el espacio expositivo cuando llegamos.
Los materiales y técnicas utilizadas para embalar las piezas son los mismos que se usaron para construir la burbuja. Es barato, fácil y muy disponible, ya que unos 300 millones de bolsas de plástico se desechan en Estambul cada año.